Hoy en dia, los mercados están cambiando a un ritmo acelerado, impulsado ​​principalmente por la innovación tecnológica. Desde mi punto de vista, tener una cultura corporativa sólida no solo es necesario para enfrentar la frecuencia de los cambios, ¡sino esencial para la supervivencia!

Por lo tanto, cambiar la cultura corporativa a veces es un gran desafío. En grandes corporaciones, esto frecuentemente requiere el cambio del equipo de liderazgo. En contraste,  las start-ups tienen la oportunidad de definir su propia cultura en su etapa inicial. Cuando llegan a un punto de madurez, deben reinventarse para explotar el potencial por el que han trabajado extremadamente duros. Y lo pueden hacer, porque aun tienen un equipo suficientemente pequeño.

En los últimos años, pude observar a equipos en grandes corporaciones, en empresas de consultoría y en start-ups de diferentes países y culturas. A pesar de los entornos de trabajo completamente diferentes, los equipos que cumplieron 5 puntos claves en su cultura corporativa, tuvieron mayores probabilidades de éxito y sus miembros fueron más felices. Obviamente, no existe UNA receta universal, pero los 5 siguientes considero fundamentales.

CLAVE 1: Haz lo que dices y di lo que haces

La base para tener un equipo eficiente es la confianza: ¡los miembros del equipo deben poder confiar el uno en el otro para avanzar y lograr resultados de manera eficiente! Hacer lo que dices y decir lo que haces ayuda a generar confianza.

Los miembros de un equipo eficiente saben bien cuánto tiempo les tomará lograr ciertos objetivos, lo comunican claramente y lo cumplen. Cambios o problemas inesperados pueden surgir, pero la persona encargada debe presentar soluciones adecuadas para  resolverlos de inmediato.

Durante el proceso, la comunicación frecuente es esencial para mantener la confianza. Esto crea una dinámica grupal en la que las personas dan lo mejor de sí mismas: ¡se sienten responsables de cumplir con las expectativas del equipo! En contraste, la necesidad de preguntar frecuentemente a las personas, si ya cumplieron con sus responsabilidades, causa una disminución drástica en la eficiencia. ¡Prevén! ¿Cómo? – ¡Toma el control!

CLAVE 2: Asume la responsabilidad

Para sacar el máximo partido de un equipo, cada individuo necesita y debería buscar el tener responsabilidades independientes.

Todos deben sentirse como un gerente dentro de su función para estar orgullosos y celebrar su propio éxito. Como resultado, la creatividad y la motivación aumentan. Pero esta no es la única forma de tomar el control. Hacerse responsable también fomenta que la gente aporte soluciones a problemas, en lugar de quejas: “¡Si no intentas resolver un problema, tú eres el problema”! Teniendo esto como un pensamiento intrínseco, en una organización facilita la autorreflexión y evita una cultura de “culpar a otros”. Las personas comenzarán a preguntarse: “¿Qué puedo hacer para resolver este problema? y ¿Qué puedo cambiar en el futuro para que este problema no vuelva a suceder?” Esto sin duda facilita la búsqueda de soluciones y mejoras.

CLAVE 3: Deja de controlarlo todo

La clave 2 solo es posible teniendo un líder que sepa delegar la responsabilidad que los individuos buscan. Las organizaciones donde los líderes intentan controlar cada detalle y no delegan, generalmente muestran baja eficiencia.

Cuando la empresa llega a un cierto tamaño, ellos tienen que aceptar que NO pueden controlarlo todo, ¡es físicamente imposible! Pero esto está bien porque les permite enfocarse en las tareas que realmente necesitan atención.

Delegar no solo significa dar responsabilidades, sino también permitir que la gente cometa errores y presenten soluciones; es su camino de aprendizaje.

CLAVE 4: Bájate de la nube

Los gerentes deben aprender que pueden encontrar las ideas más valiosas en donde menos lo esperan. Para esto, la cultura corporativa debe fomentar un entorno en el cual todos los miembros de la empresa puedan decir lo que piensan, sin importar su cargo y con la seguridad de que sus opiniones serán valoradas por igual.

La comunicación abierta, permite la identificación de problemas y cuellos de botella, lo cual es fundamental para el manejo de indicadores clave de desempeño (KPIs) y los resultados objetivos clave (OKRs).  

CLAVE 5: Contribuir y apoyar

Finalmente, una cultura de rendimiento fuerte y ética no sirve de nada si los miembros del equipo se consideran entre sí como competidores. La rivalidad interna disminuye la eficiencia y conduce a una atmósfera tóxica.

Lo que evita esta atmósfera es el reconocer y aceptar las fortalezas y limitaciones de cada miembro del equipo. Se debe ser consciente que “una cadena es tan fuerte como el eslabón más débil”. Por lo tanto, es necesario trabajar en conjunto para equilibrar las debilidades de los demás y ayudar al desarrollo de cada individuo.

Este nivel de reflexión así mismo permite a cada uno, actuar de la mejor manera en su función y para enseñar empatía por la actuación de otros. La meta no es tener personas perfectas, lo cual no existen, ¡sino miembros de un equipo que se complementen!

– Después de leer las 5 claves, reflexiona sobre cómo lidera tu equipo o compañía y cómo puedes ajustar tu cultura para ganar competitividad y aumentar tu probabilidad de éxito –

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