En Ecuador hace falta una cultura de creatividad en las organizaciones. Este año el país se ubicó en el puesto 92 en el Índice Mundial de Innovación, aunque este es un avance de ocho puestos en relación al 2016, todavía se mantiene alejado de los primeros lugares. La clasificación es realizada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en colaboración con la Universidad de Cornell de Estados Unidos y la escuela francesa Insead,  quienes evalúan el grado de innovación de 127 economías mediante 81 indicadores, los cuales sirven para analizar un amplio panorama de la innovación, que comprende el entorno normativo, la educación, la infraestructura y el grado de desarrollo empresarial.

“La innovación es el motor del crecimiento mundial, cada vez más dependiente de los conocimientos, pero son necesarias más inversiones para promover la creatividad humana y el rendimiento económico”, sostuvo el director general de la OMPI, Francis Gurry, en una entrevista para la BBC Mundo.

Los 10 países más innovadores fueron: Suiza quien ocupa el primer lugar por séptimo año consecutivo, seguido por Suecia, Países Bajos, Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca, Singapur, Finlandia, Alemania e Irlanda, respectivamente. No es de sorprenderse que América Latina no se encuentre entre los países más innovadores, pues hace falta mayor cooperación regional en Investigación y Desarrollo (I+D) e Innovación, lo cual está prácticamente ausente en la región.

El índice de innovación no sólo mide qué tantos inventos, marcas o modelos tecnológicos hace un país sino cuántos de ellos salen al mercado y qué tanta riqueza o bienestar generan para su propio país.

Innovación en América Latina

tortuga-cayendo-78429.gif

Ninguno de los países de Latinoamérica figura entre los 25 primeros del mundo, ni en los 45. Chile el país más innovador de Latam, se ubica en el puesto 46, seguido por Costa Rica que ocupa el 53 y México en el 58. Cabe resaltar que en relación al Índice del 2016, Chile retrocedió dos puestos, Costa Rica ocho y México avanzó tres posiciones.

El informe destaca que las principales economías de América Latina y el Caribe (Chile, México, Brasil y Argentina) presentan resultados realmente importantes en lo que respecta a instituciones, infraestructura y desarrollo empresarial. De igual forma, tienen buenos resultados en cuestiones relativas a capital humano e investigación, referentes a la calidad de las universidades, el número de estudiantes que siguen estudios superiores y la existencia de empresas internacionales de Investigación y Desarrollo (I+D), y a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).

Francis Gurry, considera que las economías de la región “han hecho un progreso significativo en varias áreas cruciales”, lo cual le ha posibilitado mejorar en un 2%,  aunque eso no signifique ubicarse entre los primeros.

“Los esfuerzos para cerrar la brecha que existe en materia de innovación deben centrarse ante todo en ayudar a las economías emergentes a comprender en dónde residen sus puntos fuertes y flacos y en crear políticas y parámetros adecuados”, dice Soumittra Dutta, decano de la escuela de negocios de la Universidad Cornell, a la BBC Mundo.

Los nichos potenciales en América Latina son la inversión en investigación y desarrollo, espacios en  los que se promueva la creatividad, pero más aún la educación tomando en cuenta a los graduados en ciencia e ingeniería, quienes tengan ganas de explorar, explotar la idea y arriesgarse en el mundo del emprendimiento. Para eso es importante entender a la innovación como el punto de partida para los emprendimientos y una oportunidad de reinventarse para las empresas que han perdurado en el tiempo.

Andrés Oppenheimer, periodista argentino, considera que lo más importante es contar con una masa crítica de mentes creativas respaldadas por buenos sistemas educativos. Estos son los factores que hacen de Latinoamérica una región con un gran potencial de talento creativo.

Estudios recientes de innovación muestran que las concentraciones de mentes creativas son – de lejos- el principal motor de la creatividad colectiva y un factor más importante que el entorno económico.

Sin embargo, se considera relevante que en la mayoría de países latinoamericanos se empiece por simplificar el tiempo que se demora en realizar trámites de apertura y cierre de una empresa. De igual forma, se debe trabajar con mayor énfasis en crear leyes que hagan respetar la propiedad intelectual, modificar las leyes de quiebra, que evite el castigo a quienes fracasen, de tal manera que quienes se arriesguen a innovar y emprender tengan un marco jurídico que los respalde, generando mayor confianza para volver a empezar.

¿¡Avanzamos!?

tumblr_mj763pwenN1qexgq4o1_500En Ecuador es necesario un ecosistema que reúna infraestructura, políticas públicas, empresas públicas y privadas, así como la academia, considerado como lo más óptimo para que la innovación en el país tenga un verdadero desarrollo.

Camilo Pinzón, director de EDES Business School de la UTPL y vocero de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), en entrevista para Computer World, manifestó que la ubicación de Ecuador en el índice se debe a cuatro variables: la seguridad jurídica, que tiene una percepción negativa; la capacidad de generar conocimiento científico, que tiene mucho por avanzar; la inversión en educación, en especial en bachillerato y universidad, que debe ser mayor; y la poca inversión privada en investigación y desarrollo (I+D).

En el país se debe tomar conciencia de lo importante que es la innovación, partiendo desde el Estado, quienes deben potenciar en las universidades el desarrollo de emprendimientos; dotando de infraestructura, presupuesto y personal capacitado para guiar a los estudiantes en sus iniciativas. Para afianzar el proceso la clave está, según Andrés  Zurita, director ejecutivo de la Alianza para el Emprendimiento (AEI), en reducir la brecha entre la universidad y la empresa. “Esa brecha impide que la universidad no transfiera el conocimiento a la empresa y que la empresa no incluya lo investigado en su modelo de negocio”.

Un paso importante que se dio fue en el  2014, cuando la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senecyt) lanzó,  el Banco de Ideas que es una plataforma virtual que brinda apoyo logístico y económico a proyectos innovadores, hasta el momento han adjudicado 45 proyectos, lo que representan una inversión del Estado de 1,8 millones de dólares.

René Ramírez, ex Secretario de Senecyt, considera que la principal barrera que se debe romper es la cultura rentista para que el sector privado invierta en investigación y desarrollo. “Necesitamos que las compañías apuesten a que sus productos cuenten con procesos sistemáticos de mejora en innovación, generando el “know how” y aumentando su valor agregado,  para Computerworld Ecuador.

Las visiones sobre la innovación en el país son variadas, Nelson Baldeón, vocero en Ecuador del Massachusetts Institute of Technology (MIT), considera que es complicado hacer innovación con un discurso político socialista, en este caso. Toda innovación se da de manera espontánea y natural y cita como ejemplo Silicon Valley, en Estados Unidos, donde los investigadores y científicos inventan algo y ven si funciona y si no es así siguen buscando. “Claro que hay regulaciones, pero no se puede normar la innovación”, añadió.

caminosEn cambio, Luis Loaiza, fundador de Shippify, considera que al país le hace falta una idea clara de a dónde quiere llegar, fomentar un “networking” que conecte a los talentos del país con mentes más brillantes, para obtener de ellos una visión global del ecosistema de emprendimiento y aprender de los mejores.
Fuera de las distintas visiones es importante trabajar para eliminar las trabas, activar la industria de capital de riesgo, mejorar la relación universidad-empresa; crear empresas innovadoras; y desarrollar entidades que apoyen el emprendimiento y la innovación.

Leave a Reply