El tráfico de los que vienen de los valles a Quito y viceversa ha llegado a niveles nunca antes visto. Miles de personas utilizan a Guápulo como via de paso en su viaje diario al trabajo. Es hora de tomar riendas en el asunto.
5. Se estima que 12,000 vehículos suben y bajan por Guápulo diariamente. Esto ocasiona costos que los economistas denominan “externalidades” (aquello que no son asumidos por los que los ocasionan, sino por el resto).
4. El Camino de Orellana es un empedrado que no está hecho para aguantar este nivel de circulación.
3. No existen suficientes parqueaderos para los que habitan ahí o visitan los bares y cafeterías, lo cual caotiza aún más el tráfico especialmente en la noche.
2. Guápulo es zona histórica y protegida, como tal es parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad, al igual que Quito. Los ingresos generados por un peaje podrían usarse para su conservación y protección.
1. Mientras usar el carro siga siendo un práctica subsidiada por el estado y por los que sufrimos los costos de su uso, nunca se potenciará el uso de modos de transportes públicos o alternativos.
Por estas razones, me parece que lo lógico sería una solución de mercado que regule el tráfico y genere ingresos para compensar las externalidades que producen el tráfico en Guápulo.
Foto de Belico Chiriboga. Sacado del Wall del Barrio de Guápulo en FB.